Colocaremos al animal tendido con el lado izquierdo hacia arriba, abriremos la boca asegurándonos que las vías respiratorias están libres de obstrucciones, quitando cualquier objeto y revisando si respira y tiene pulso.
Extenderemos la cabeza del animal hacia atrás y daremos respiraciones cortas pero fuertes asegurándonos que el pecho del animal se levante:
A grandes le cerramos fuertemente la mandíbula y con nuestra boca le cubriremos la trufa y exhalamos.
Estas respiraciones las intercalaremos con compresiones torácicas fuertes y firmes que realizaremos con la parte dura de la palma de las manos sobre las costillas, justo detrás de la articulación de la pata delantera.
Intercalaremos entre 3 y 5 respiraciones y 10 y 15 compresiones según el tamaño del perro.
La velocidad de las compresiones será un poco más rápida que una por segundo.
Repetiremos los ciclos hasta que tenga pulso y respire e iremos comprobando su pulso cada pocos minutos y si pasados 20 minutos no sale de la parada cardiorespiratoria dejar de hacer la “rcp”
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